En el marco del eje temático que el Jardín Infantil UFRO ha propuesto para el periodo 2016, se pretende educar y formar a niñas y niños con conciencia de cuidado y protección del medio ambiente y amor por la
naturaleza.

Entre las acciones estratégicas para sensibilizar a los niños y niñas a contribuir incipientemente al cuidado y la conservación  de su entorno, se realizaron dos visitas pedagógicas.

Los niveles del Jardín Central, compuesto por párvulos de 3 meses a 3 años de edad, realizaron una visita en compañía de un grupo de apoderados de los distintos niveles a la parcela “Las Golondrinas”, ubicada a 4 km. de Temuco, camino a Labranza, en donde los niños y niñas pudieron interactuar y vivenciar distintas formas, olores, sabores y sensaciones  que entrega la naturaleza.

“Tuvieron la oportunidad de recolectar tesoros de la naturaleza, saborear frambuesas, manzanas y membrillos; interactuar con conejos, observar gansos, codornices y faisanes, experimentar el viento y la caída de las hojas”, explicó Irma Espinoza Campos, educadora de párvulos del Nivel Sala Cuna Uno del Jardín UFRO. “Esto contribuye a lo que nuestro Jardín proyecta instalar en nuestros  niños y niñas para fomentar un compromiso con el medio ambiente”, agregó.

Por su parte, Noelia Sandoval González, educadora de párvulos del Nivel Medio Uno, añadió que “en el caso de las niñas o niños más pequeños hay que permitirles contemplar y disfrutar la naturaleza, para aprender a quererla y cuidarla. Lo fundamental es que ellos puedan crear un aprecio por la naturaleza”.

 Visita a Campo Experimental Maquehue 

El Nivel Medio Dos, de la Casita del Frente, visitó el Campo Experimental Maquehue de la Universidad de La Frontera, ubicado a 17 kilómetros al sur de Temuco. Jorge Sáez Railaf, administrador del lugar sostuvo que “es importante que vengan los niños del Jardín UFRO, colegios o liceos agrícolas para que nos conozcan y vean lo que nosotros estamos produciendo acá. Queremos ser un aporte y que nuestra experiencia sirva a los demás”.

Los 22 niños y niñas, educadora y asistentes de párvulos, recorrieron los invernaderos, las plantaciones de frutillas, choclos y papas, y los árboles de manzanas, donde convivieron con la naturaleza y adquirieron nuevos conocimientos que apoyarán la valoración de los espacios naturales y los alimentos.

Claudia Borje Román, educadora de párvulos del Nivel Medio Dos, destacó que como estrategia motivadora incorporaron a su proceso pedagógico un huerto educativo como laboratorio natural, facilitando experiencias de aprendizaje a partir de las manifestaciones de la naturaleza, integrando a agentes externos que apoyan en esta implementación, así como implicando a las familias de forma directa en el trabajo permanente con los niños y niñas.

Por Ingrid Pezoa